Miseria y Torrente.
La miseria siempre me
levanta a medianoche
y aunque mi oficio siempre ha sido la niebla
el pellejo se estruja y
se acobarda
y vago…Donde vagábamos
olvidadizo como espejo
pero terco como sombra.
no es el mío un labio
avergonzado
ni mi ojo inextinguible
acá amanece un
crepúsculo engañoso
los días se
evaporan…imperceptiblemente
en el torrente ansioso
de la última edad.
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